El ejercicio en Cuellar nos ha llevado a enfrentarnos con un lugar cargado de
historia, donde la arquitectura es testigo del paso del tiempo. En ese sentido,
Campo amarillo de La M.O.D.A. funciona como una referencia emocional y
contextual: habla de paisaje, de memoria y de la relación entre lo que fue y lo que
queda.
El video que hemos realizado busca capturar esa sensación. No se trata solo de
mostrar el convento y su entorno, sino de entender cómo una intervención puede
reinterpretar un espacio sin romper con su pasado. Al igual que la canción
transmite una especie de nostalgia activa, nuestra propuesta no trata de congelar
la ruina ni de reemplazarla, sino de generar un punto de conexión entre lo antiguo
y lo nuevo.
El amarillo de los campos de Castilla, presente en la canción y en el paisaje de
Cuellar, refuerza esta idea. No es solo un color, es un indicador del territorio en el
que trabajamos y de la forma en que este influye en la arquitectura. Nuestro
planteamiento parte de esa relación con el entorno, buscando una respuesta que
no sea ni una imposición ni una reconstrucción literal, sino una evolución del
lugar.
En definitiva, la arquitectura, igual que la música, tiene la capacidad de generar
atmósferas y significados. En este caso, Campo amarillo nos ayuda a enmarcar el
ejercicio dentro de una narrativa en la que la memoria, el paisaje y la
transformación arquitectónica van de la mano.
https://drive.google.com/file/d/1k5a-CenltnFHPYc1o4gT6nnisvoLacVL/view?usp=sharing
Comentarios
Publicar un comentario